Colaboración
Por indisciplina, una noche de juerga y desacato al reglamento, el 17 de
junio de este 2019 tres jugadores de la Selección Nicaragüense de Fútbol fueron
separados del grupo, entre ellos Carlos Chavarría.
La azul y blanco había caído
en su debut contra Costa Rica y el director técnico Henry Duarte, avalado por
la Federación Nicaragüense de Fútbol, anunciaba que Chavarría, uno de los más
prometedores, quedaba fuera sin posibilidad de reconsiderarlo.
A menos de tres
meses del escándalo, Chavarría está demostrando en el terreno de juego que es
merecedor de la oportunidad que le dieron al convocarlo nuevamente. Tras los
dos partidos contra Dominica, Chavarría ha logrado convertirse en un hombre
esperanza, pues en ambos desafíos abrió el marcador para darle confianza al
grupo.
El regreso de Chavarría ha coincidido con un mejor funcionamiento del
combinado nacional en su totalidad y le ha dado respiro a Henry Duarte como
técnico, luego de las goleadas recibidas. Sin dudas, la azul y blanco tiene
posibilidades reales de clasificar a Copa Oro, por lo cual resulta vital que el
conjunto siga mostrando cohesión y que las individualidades sigan pesando, como
el caso del propio Chavarría y de Byron Bonilla.
Si en noviembre los nicas
logran ganarle a San Vicente y Granadinas y a Surinan, ascenderían a Liga A y
clasificarían a Copa Oro. Las incorporaciones nuevas le han funcionado a
Duarte, quien está logrando disipar el huracán que se había concentrado a su
alrededor.
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